Publicado en: 20/09/2024
Para los cultivadores expertos el objetivo final es aumentar el rendimiento de las plantas obteniendo flores de alta calidad en cantidades abundantes
Si bien las técnicas básicas pueden proporcionar un buen rendimiento, la adopción de estrategias avanzadas puede marcar la diferencia entre una cosecha media y una excepcional.
En este artículo vamos a explorar varias técnicas avanzadas para mejorar el rendimiento de las plantas de cannabis, prestando especial atención a diversos aspectos como la genética, la gestión medioambiental, la optimización de los recursos y las prácticas de cultivo.
Fase 1: Selección de las semillas adecuadas
La clave para una cosecha abundante y de calidad empieza por seleccionar la genética adecuada. Las variedades de semillas de cannabis son numerosas y cada una tiene características únicas en cuanto a rendimiento, potencia y adaptabilidad al entorno. Por lo tanto, elegir variedades conocidas por su alto rendimiento es un primer paso fundamental.
Fase 2: Gestión del ambiente de cultivo
El ambiente del cultivo desempeña un papel fundamental en el rendimiento final de las plantas de cannabis. Optimizar las condiciones ambientales puede favorecer un crecimiento vigoroso y una producción elevada. La temperatura, la humedad, la ventilación y la luz son los principales factores ambientales a tener en cuenta.
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Temperatura y humedad
La temperatura ideal para el cultivo de cannabis oscila entre 20 y 28 grados centígrados durante el día, con un ligero descenso por la noche. Las temperaturas demasiado altas o demasiado bajas pueden estresar a las plantas, reduciendo la fotosíntesis y, en consecuencia, el rendimiento.
La humedad, por su parte, debe controlarse cuidadosamente. Durante la fase vegetativa los mejores niveles de humedad se sitúan en torno al 60%, mientras que en la fase de floración los índices deben reducirse al 40-50% para evitar la aparición de moho u enfermedades fúngicas.
Iluminación
La luz es la energía vital de las plantas de cannabis: su espectro luminoso, su intensidad y su duración influyen directamente en el crecimiento y el rendimiento. El uso de luces LED de espectro completo es muy recomendable por su eficiencia energética y su capacidad de proporcionar toda la gama de colores necesaria para el crecimiento y la floración. La iluminación debe ser regulada para proporcionar un ciclo de 18 horas de luz durante la fase vegetativa y de 12 horas durante la floración, simulando las condiciones naturales de las estaciones. Sin embargo, existen semillas autoflorecientes de cannabis que no requieren un ciclo de luz tan específico durante sus fases de crecimiento.
Ventilación
Una buena ventilación es esencial para evitar la acumulación de humedad y calor, así como para proporcionar un aporte constante de dióxido de carbono, necesario para la fotosíntesis. El uso de ventiladores y sistemas de aspiración ayuda a mantener el aire en movimiento, reduciendo el riesgo de enfermedades y mejorando la robustez de las plantas.
Técnicas de poda y entrenamiento
La poda y el entrenamiento de las plantas son métodos avanzados para maximizar el rendimiento mediante la manipulación del crecimiento de las plantas. Existen dos técnicas principales, el entrenamiento de bajo estrés (Low-Stress Training o LST) y el entrenamiento de alto estrés (High-Stress Training o HST).
Entrenamiento de bajo estrés o LST
El entrenamiento de bajo estrés consiste en doblar y atar las ramas de las plantas para crear una estructura horizontal más ancha. De esta forma, llega más luz a los nudos inferiores, lo que estimula el crecimiento de más zonas de floración y aumenta el rendimiento global. Esta técnica es especialmente útil para evitar el estrés de la planta y mantenerla sana durante todo el ciclo de crecimiento.
Entrenamiento de alto estrés o HST
El entrenamiento de alto estrés, que incluye técnicas como «el top» y «el super cropping», consiste en la rotura controlada de ramas para estimular el crecimiento de nuevas ramas laterales. Este método estimula la planta a desarrollar más zonas de floración y puede dar lugar a un aumento significativo de la producción, sobre todo si compras semillas feminizadas que suelen echar muchos cogollos. Sin embargo, el entrenamiento de alto estrés debe realizarse con cuidado para evitar daños excesivos a la planta que puedan comprometer su salud.
Optimiza el rendimiento: nutrición avanzada de las plantas
La nutrición de las plantas de cannabis es fundamental para maximizar el rendimiento. El uso de fertilizantes equilibrados y específicos para las distintas fases de crecimiento es un aspecto clave.
Macronutrientes y micronutrientes
Las plantas de cannabis necesitan un equilibrio adecuado de macronutrientes (nitrógeno, fósforo y potasio) y micronutrientes (como calcio, magnesio y hierro) para crecer sanas y con rendimiento. Durante la fase vegetativa, el nitrógeno es especialmente importante para promover un crecimiento exuberante, mientras que en la fase de floración, el fósforo y el potasio favorecen el desarrollo de las flores.
Ajuste del pH
El pH del suelo o de la solución nutritiva es decisivo para la absorción de nutrientes. Mantener un pH entre 6,0 y 7,0 para el cultivo en tierra y entre 5,5 y 6,5 para el cultivo hidropónico garantiza que las plantas puedan absorber los nutrientes de forma óptima. Por lo tanto, es esencial controlar y ajustar regularmente el pH para evitar deficiencias de nutrientes o toxicidad que puedan afectar negativamente al rendimiento.
Control y automación
La tecnología moderna ofrece herramientas avanzadas para supervisar y automatizar el cultivo de cannabis, lo que permite a los cultivadores optimizar todos los aspectos del proceso de cultivo.
Los sensores pueden controlar continuamente la temperatura, la humedad, el CO2 y los niveles de luz, proporcionando datos en tiempo real que ayudan a los cultivadores a realizar ajustes precisos para optimizar el crecimiento. El uso de estas herramientas reduce los errores humanos y mejora la eficacia general del cultivo, sea cultivo de exterior o cultivo de interior.
Prevención y control de plagas
El control de plagas es fundamental para mantener un cultivo sano y productivo. Las técnicas avanzadas de Gestión Integrada de Plagas (GIP) pueden ayudar a prevenir y controlar las plagas sin comprometer la calidad del cultivo.
La limpieza periódica del equipo y del espacio de cultivo es esencial para evitar la propagación de plagas y enfermedades. Además, la rotación de cultivos y el reposo periódico del suelo pueden ayudar a interrumpir el ciclo vital de las plagas, reduciendo su presencia y el riesgo de infestación.
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Conclusión
Aumentar el rendimiento de las plantas de cannabis es un objetivo alcanzable mediante la aplicación de técnicas avanzadas que requieren conocimientos, dedicación y una atención constante a los detalles. Todos los aspectos del proceso de cultivo pueden afinarse para maximizar la productividad de las muchas variedades de cannabis, como las que se venden en SensorySeeds. Mediante la integración de estas estrategias los cultivadores pueden obtener cosechas abundantes y de gran calidad, logrando satisfacer las demandas de un mercado en constante expansión.